Todo lo que nos rodea en una experiencia gastronómica es multisensorial y nuestros sentidos recogen toda la información presente para darle sentido a lo que estamos viviendo. Tanto los locales más simples como los más decorados, afectan la experiencia del comensal de manera directa.

La iluminación correcta en un restaurante, según se evidencia en diferentes estudios de neurogastronomía y gastrofísica, puede representar aumento en las ventas, hacer que los clientes se sientan más felices, potenciar el ticket promedio, e incluso, alterar la velocidad y la cantidad del consumo de los alimentos.

Muchos negocios no tienen conciencia plena de la importancia que tiene la música en la experiencia que diseñamos para nuestros clientes. Esta no solo fortalece la personalidad de la marca, la etnicidad y identidad del ambiente que diseñamos, sino también, el comportamiento del comensal.

Los tiempos han cambiado y hemos sido testigos de cómo en estos últimos meses nuestra industria se ha transformado. El producto, la comida en sí, ya no es suficiente para brindarle una experiencia al cliente, en el entendido que ahora sus expectativas al regresar al restaurante son otras, dejó de ser una actividad común y ahora es mucho más emocional.