Para muchas personas, esta afirmación no tiene sentido. Uno sí debería enamorarse de lo que hace; sin embargo, desde la neurogastronomía aplicada, esto puede traer más problemas que beneficios.

Permítenos explicarlo. Un negocio es el resultado de mucho esfuerzo, de muchas horas de dedicación y de incontables pruebas que debemos superar. Cuando nos enamoramos de nuestro esfuerzo, de nuestras capacidades o de nuestra realización, la mente asocia que los problemas, los errores o las faltas cotidianas son justificadas por todo el sudor y lágrimas que hemos sufrido. Cuando un cliente nos señala una falta, nos reclama por algo mal hecho, nuestra reacción es defender el esfuerzo, justificarlo y no aceptar la responsabilidad.

El mecanismo es similar a cuando alguien viene y nos habla mal de un ser querido, nuestra reacción primaria es negar lo que se nos dice, pues no podemos aceptar que un ser querido esté haciendo algo negativo, lo defendemos.  Así nos pasa con nuestro negocio, nos cuesta aceptar que cometemos errores y no los queremos ver.

Te recomendamos que te apasiones por tu negocio, así los sentimientos y la emoción te llevarán a conquistar cada una de las dificultades que se puedan presentar y al ocurrir un problema, nos motivaremos a resolverlo para obtener la recompensa de la conquista y cada día alcanzar la excelencia.

En cuanto a enamorarse, pues enamorémonos de la vida, de nuestros seres queridos, de lo que es íntimo para cada uno de nosotros.

Creamos este contenido en colaboración con @neurogastronomo para favorecer el crecimiento de tu negocio.