Como consultores hemos tenido la oportunidad de reunirnos con muchas personas que, sin saberlo, se encuentran en el camino de la negatividad. Es común escucharles decir cosas como: “bueno es que todo está muy difícil”, “el problema es que la economía no ayuda”, “mis empleados no dan la talla”, “los clientes ya no son como los de antes”. 

En líneas generales, siempre aparece una excusa  que no los deja darse cuenta de cómo muchos de los problemas son directamente asociados al liderazgo del negocio y a la cultura que se desarrolla entre los miembros del equipo, reflejando esa gerencia.

En la Neurogastronomía Aplicada aprendemos que la negatividad es un estado mental que se va desarrollando y nuestro cerebro lo considera algo normal. En pocas palabras, parte de nuestras neuronas desean la negatividad y el inconsciente trabaja para conseguirla.

La negatividad se va haciendo camino poco a poco y transforma la manera en cómo enfrentamos las dificultades. Día a día, todo lo vemos en dimensiones más grandes de lo que en verdad son, haciéndonos creer que estamos en una lucha que inevitablemente vamos a perder. 

Ahora ¡atento! pues estamos en un autobús con destino a “la complacencia” y al llegar ahí tenemos poca fuerza, nuestro liderazgo está minado y empiezan a ocurrir cosas como:

Un miembro del equipo nos informa que algo fuera de los estándares está sucediendo y pasamos a ser complacientes, diciendo cosas como: “Bueno, está bien; pero que no vuelva a ocurrir mañana” o “qué fastidio, pues dile al cliente que no hay y ya” o “está bien si quiere y si no le gusta, que se vaya a otro lado”. Cuando estamos en este estado, perdemos las ganas de luchar, estamos todo el tiempo a la defensiva.

El camino nos lleva a la próxima parada: “la mediocridad”. Aquí no estamos atentos a los detalles, dejamos pasar las faltas, dejamos ir a los buenos trabajadores, dejamos de invertir en comunicación y publicidad, nos olvidamos del mantenimiento, y llegamos al fin con el cierre de nuestro local y de nuestro sueño.

Si al leer esto te das cuenta de que tu día a día se parece en algo es momento de que hagas consciente en dónde estás. Luego, con determinación, es importante decidir retomar el camino del entusiasmo, el éxito y el de una vida positiva. Recuerda, la cultura de nuestro negocio es el reflejo puro del liderazgo que tenemos y es un acto de responsabilidad mantenernos siempre en el camino de lo positivo, la ambición y la excelencia.

Creamos este contenido en colaboración con @neurogastronomo para favorecer el crecimiento de tu negocio.