Antes de empezar a hablar sobre el tema, quiero preguntarte si tienes diferentes playlists que hayas diseñado para distintos momentos como hacer ejercicio, concentrarte para hacer alguna tarea o actividad, como el día de limpieza en tu casa. Lo más seguro es que tu respuesta sea sí y seguro tienes una lista especial dependiendo de algún momento. Cada uno de nosotros intuye que la música es más que un complemento perfecto que nos ayuda a mejorar o potenciar el resultado de cualquier actividad que estemos realizando.
Partiendo de lo anterior, un restaurante debe tener muy claro el poder que tiene la música en el comportamiento de sus clientes, al comprender que dependiendo del ambiente que se desee generar, esta juega un rol determinante. Hoy sabemos que se puede diseñar un playlist de acuerdo con el arquetipo de la marca: podemos construir una secuencia musical que vaya en orden con las horas del día, una para el desayuno, otra para el almuerzo y también para la cena. Si a esto le sumamos los géneros de música y el tempo o ritmo de cada composición, los resultados en cuanto a las emociones que podemos generar en los comensales pueden ser asombrosos.
La música aumenta el consumo en tu negocio
Los efectos de la música en el comportamiento humano y la experiencia de consumo, se han investigado por más de 50 años. Existe suficiente evidencia científica que nos indica, por ejemplo, que permanecemos más tiempo o menos tiempo en un mismo local dependiendo del tempo de las canciones (el tempo es el ritmo o velocidad de una composición). Una investigación realizada por Milliman, en el año 1982, pudo mostrar que en un automercado se reportó que las ventas generales tuvieron un aumento del 38 %, cuando la música que sonaba era lenta en vez de rápida. En el caso de restaurantes, se han visto resultados interesantes en los que la valoración, la calidad de la comida y la experiencia resultan más altas cuando los clientes escuchaban música clásica.
Una de las investigaciones a la que más potencial le vemos desde la neurogastronomía aplicada, es la que analizó el efecto del tempo de la música en el comportamiento del consumidor en un restaurante, como parte de los avances europeos en la investigación de los consumidores, liderada por Clare Caldwell y Sally A. Hibbert de la Universidad de Strathclyde. Los resultados arrojaron que en el contexto de un restaurante, cuando la música era de tempo lento, los clientes gastaron en promedio 40 % más en bebida que el grupo que cenó con música de ritmo más rápido.
Hoy en día, las grandes marcas gastronómicas manejan su identidad musical con mucha intención, así como la emocionalidad que quieren inducir en sus comensales. Si quieres mejorar la experiencia de tus clientes, es el momento de sentarte a diseñar tu nueva playlist.
Creamos este contenido en colaboración con @neurogastronomo para favorecer el crecimiento de tu negocio.