Por lo general, la propina o gratuidad que deja un cliente por el servicio recibido está asociada a un deber y corresponde al 10 % – 15 % de lo facturado. El comensal sabe que está en una posición de autoridad y puede ser punitivo o indulgente a la hora de calcular cuánto dejará en la mesa. Por su parte, la mayoría de los mesoneros, camareros o mozos, lo ven como un derecho y parte de sus ingresos, por lo que anticipan sus ingresos y pueden molestarse si el monto es inferior a lo esperado, etiquetando al comensal de manera negativa.
Para evitar molestias, muchos restaurantes cobran de manera automática un porcentaje por servicio, mientras que otros lo sugieren a la hora de presentar la cuenta. En líneas generales, cuando esto ocurre, la mayoría de los clientes pagan el monto señalado sin cuestionarlo. Esto se debe, en gran medida, a dos razones. La primera se asocia al fenómeno descrito en los estudios de Psicología social basado en el principio de persuasión de autoridad, puesto que la factura es un documento oficial emitido por el restaurante y negarlo supondría un conflicto que no se está dispuesto a asumir en el entendido que la experiencia general ha sido positiva. La segunda razón, tiene que ver con la biología de nuestra mente. El cerebro favorece cualquier acción que evite tener que pensar de más, por lo que no tener que calcular ningún porcentaje es más fácil.
Ahora bien, a la mayoría de los prestadores de servicio les gusta y les conviene recibir más propina de la que está estipulada. A continuación, te presentamos 3 claves para que aumentes tus ingresos, siempre y cuando tu servicio sea impecable.
1. Ofrece un regalo a la hora de presentar la factura: En un interesante estudio, se pudo ver que cuando se ofrecía una menta al momento de entregar la cuenta, la propina aumentaba un 3%. Si se ofrecían dos, el monto aumentaba un 14%. Sin embargo, cuando se le decía al cliente que, por ser especiales, les daban muchos caramelos, el monto entregado subía un 23%. Por lo que no es solo el regalo, es la manera en que hacemos sentir especial al cliente.
2. No subestimes al cliente y siempre atiéndelo lo mejor que puedas. Se estima que en el momento que un mesero ve al cliente entrar, a éste le toma tres segundos emitir un juicio sobre el potencial de propina que el comensal está en capacidad de darle al final del servicio, ajustando así la atención que ofrecerá. Si parece que es mala propina, el servicio será básico, en el opuesto, si parece que es muy generoso, la atención será más esmerada.
- Aprende el nombre de tu cliente y úsalo por lo menos tres veces en la experiencia. El tesoro más preciado de un ser humano es su nombre y cuando lo escuchamos nuestro sistema de recompensas se activa, generando más confianza y compromiso de reciprocidad, agradeciendo el gesto de manera tangible con más dinero para el prestador de servicio.
Como dato curioso, en una investigación, se pudo ver que las mujeres que sonríen, llevan una flor en el cabello y usan camisa roja, son las que obtienen las propinas más onerosas. Que importante es nuestra presencia.
Nos encantaría saber cuáles son tus técnicas para llevar a casa más ingresos al final del día.
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