Permítenos compartir la respuesta, pues sabemos que puedes sacarle provecho en tu emprendimiento. Renny Pacheco (@Neuro.vita), compañero neurocientífico, explica que a través del cerebro un sentido puede transferir sensaciones a otro, lo que afecta y estimula nuestra percepción sobre los alimentos. Ilustrémoslo así: visitamos un restaurante, y sobre la mesa hay un set de cubiertos que al sostenerlos se sienten pesados. La mente considera que esta característica indica calidad y valor, atributos que son transferidos a la comida que estamos por comer.

Esto puede sonar increíble; sin embargo, es el resultado que han arrojado diversos experimentos en los que se les pide a los clientes que valoren la misma comida ofrecida, pero utilizando cubiertos o platos diferentes.

Veamos otro caso. Cuando las copas de vino son de mejor calidad y/o más delicadas, mejor será la evaluación que hará el cliente de la bebida que esté.

Otro ejemplo, una comida que se ve que está servida con estilo, cuidando los detalles, los volúmenes y se ve apetitosa, aumentará, tanto la valoración como la sensación de placer.   

Es determinante tomar en cuenta, en tu negocio, estos factores para garantizar que la experiencia de nuestros clientes sea más plena. Para eso, te puedes hacer algunas preguntas como las siguientes:

¿Los utensilios que mi cliente usa para disfrutar de mis preparaciones, están acordes a la calidad de lo que ofrezco?

¿Puedo mejorar el tipo de envases que utilizo para el delivery?

¿Estoy cuidando los detalles a la hora de servir los platos?

¿Qué puedo hacer para aumentar el ventrilocuismo sensorial para así mejorar la experiencia de mis clientes?

En conclusión, a veces el más mínimo detalle puede hacer la diferencia en la satisfacción del cliente.

Creamos este contenido en colaboración con @neurogastronomo para favorecer el crecimiento de tu negocio.